No en el sentido más vanidoso es cómo quiero que sea leído el título, sino en lo que me hace crecer día a día, pero en términos de distancias, cuando nunca puede ser negativo.

Que sí, que es una referencia a la increíble canción de vetusta morla, que también mastico la explicación en parte porque soy un idiota hablándole a otros idiotas -quizá dos o tres- y porque esto no es un arte dónde puedo esconder su significado en símbolos, apologías y metáforas, es solo un blog más de opinión de aquellos que abundan desde que me conecté a la red en modo difícil por allá en el 2005, siempre como espectador pasivo o como dador de opinión sin importancias en cajas de youtube de videos que quizá ya no existan. Y es que no puedo mirar mi vida de manera negativa o positiva sino absoluta, algo así como una |vida|, caso contrario me haría un lío intentando demostrarme porqué soy como soy, es que si no organizo mis pensamientos no puedo escribirlos, que es lo que me pasa casi siempre.

Bueno tras ese gran párrafo de cavilaciones inentendibles, el único propósito que tengo con este blog es hablar de lo que pasa por mi cabeza cada que camino mucho, y que se esfuma cuando que me quedo quieto, siento o duermo; porque cada madrugada que me levanto hacía el trabajo no cojo las rutas integradas sino que camino con rumbo a la estación del metro de mi ciudad, y es porque caminar es tal vez el único espacio real donde estoy conmigo mismo, cada paso crea una cadena de pensamientos tan extensa y profunda que me pierdo por horas en mi mente, aunque esté media hora en el camino -el tiempo en la mente es surreal y relativo, vaya descubrimiento-. Es entonces cuando las ideas me surgen mejor, tengo una opinión más clara de lo usual y también cuando mejor me conozco.

Tal vez escriba esto sentado -mientras mi mente se pierde en algún camino- pero puedo asegurar que es algo que siempre tuve en mente al menos mientras movía mis píes para ir a algún sitio, hacia cualesquiera, lo que importa para mi siempre ha sido el viaje.

Opinaré sobre cine, pintura, política, amor, sexo, escritura, lectura, filosofía y otro montón de cosas más que me agobia que se queden conmigo, y quizá así sea siempre y esto solo se convierta en un diario personal, pero al menos sabré que pensamientos me han acompañado en mis viajes de largas o cortas caminatas, al menos sabré que es lo que me ha hecho crecer, en que he cambiado y en que me he estancado, sabré el valor absoluto de mi vida.

Si usted llega a leer esto, por cualquier razón, debo decirle que su opinión poco o nada me importe, así como tal vez tampoco le importe la mía, pero en harás de enriquecer y darle contexto a mi existencia, si tiene algo que decir dígamelo, yo lo leeré así como usted tuvo la decencia de leer esto hasta el final -así crea usted o yo que estamos equivocados en ambos sentidos-.

Concluyo como cuando llego a casa después de una larga caminata, no con los pies encalambrados o con dolor despalda - que eso también-, sino con la espera de que será lo próximo que traiga a mi mente un nuevo camino.